Nos tomaremos nuestro tiempo para bajar el ritmo y, desde este espacio, sintonizaremos con los matices sutiles que permiten una comunicación más clara y profunda dentro del baile. El suave deslizamiento de la fascia indica la dirección del movimiento, la sintonización con la respiración de la pareja para «escuchar» su intención y la espera en quietud conjunta para que la danza surja de la conexión compartida. Estas son algunas de las ideas y principios que exploraremos en esta sesión.

Establecer un espacio de paciencia y permiso que nos brinde confianza a nosotres mismes y a nuestres compañeres de baile, y nos permita sentir más plenamente la naturaleza de la improvisación en conexión. Esto puede llevar a un baile más físicamente intenso con un alto nivel de sintonía.